Oficina tercer piso

Mario Scorzelli 

“Acá no hay comunistas” (2016) Graffiti sobre pared 

“Acá no hay comunistas” (2016) Graffiti sobre pared 

La obra “Acá no hay comunistas” surge a partir de una invitación realizada por la curadora Agustina Pérez Rial para trabajar con un archivo de documentos desclasificados que atestiguan las persecuciones del Servicio de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (Bipba) sobre una presunta agrupación comunista. Los hechos y las historias registradas giran en torno a la realización del IX Festival internacional de Cine en la ciudad de Mar del Plata y el contenido de los documentos no parece describir las actividades de una organización política revolucionaria, sino la rutina más trivial que se desarrolla en cualquier ciudad moderna; con información detallada sobre lugares y horarios en los que las personas se reúnen para tomar café o comprar ropa en una tienda. Esto, sumado a una escritura despojada de toda ornamentación, recuerda el formato de los guiones sobre los que se construyen las ficciones. La sentencia “acá no hay comunistas” fué elegida por el artista para crear esta nueva imagen: la voz de la estructura represiva plasmada en la “caligrafía del pueblo”.

La lectura de los archivos genera varios interrogantes en relación a qué esperaban encontrar ¿existió esa agrupación comunista? ¿Cuáles eran sus actividades además de tomar café y comprar ropa? ¿Qué relación tiene todo eso con el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata? En contraste con este escenario, en el que cuesta encontrar huellas que evidencian una articulación entre el arte y las actividades políticas revolucionarias, en el mismo momento histórico, pero lejos de las luces del festival, cineastas como Pino Solanas y Octavio Getino filmaban La hora de los hornos y creaban el grupo Cine liberación con la intención de generar un espacio para el diálogo y la libertad de expresión, y el instituto Di Tella llevaba a cabo la emblemática exhibición Experiencias 68. 

Montar la obra “ACÁ NO HAY COMUNISTAS” en la Universidad Di Tella fue una oportunidad para vincular esas narrativas y reponer un clima de tensiones entre el arte y la política. Con el graffiti, la palabra invade el espacio exhibitivo e instala una serie de relaciones a partir de una literalidad espectral que nos permite trazar un correlato con otras frases pintadas de nuestra historia de arte local, como las pinturas callejeras de Tucumán Arde o las inscripciones en la obra Baños Públicos realizada por Roberto Plate en el Instituto Di Tella.

Martín Fernández

“Sin título” (2020) Carbonilla sobre papel, 74 cm x 150 cm

La arquitectura utópica, la ruina, o la idea de una cartografía resuelta en signos son posiblemente algunos de los contenidos centrales que Martín Fernández trasunta en su obra. Un campo de búsqueda, donde la economía del recurso saca su máximo provecho, e interpela al espectador en la mirada y los límites de legibilidad y distancia.

Negro sobre negro, en varias piezas las líneas blancas enmarcan, dividen o articulan sectores, zonas. Parece que aquí el negro es sinónimo de elegancia, complejidad y sofisticación; aunque puede servirse del blanco, no lo precisa para trazar figuras. Todas las obras de Agua negra son monocromas y parecen afirmar que el negro también brilla e ilumina.

Aunque la investigación sobre la carbonilla se remonta a los primeros trabajos de Fernández, en sus obras recientes se encuentra una profundización de la técnica y una inversión de su uso ordinario.

En la carga de materia y la concentración en el trazo aparecen gestos vinculados a la construcción de espacialidades ampulosas, imposibles, absurdas. Esta obra constituye un caso singular de la serie, al tratarse de un dibujo que toma como punto de partida un fotograma del film “Saló o los 120 días de Sodoma”, (1975) de P.P Pasolini. Esta obra fue exhibida en “Agua Negra”, muestra individual del artista en el Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson, curada por Antonio Villa

Carla Grunauer 


“Huéspedes” (2021). Anilina, laca, cloro, acrílico y marcador sobre tela de polietileno. 50 x 67 cm

La obra de Carla Grunauer investiga las posibilidades de la pintura y el dibujo tomando modos de hacer y figuraciones que circulan por un camino de libres asociaciones y espacios mentales. Sus trabajos evocan distintos imaginarios, unas veces primitivos y otras veces metafísicos, donde conviven formas arquitectónicas, abstracciones e íconos. Los “temas” surgen en relación a los materiales y lo gestual para transformarse luego en un señalamiento preciso, una forma que se revela fuera de la intuición hacia una lectura orientada. Tiende a pensar la imagen como algo desconocido que por momentos toca la superficie de lo que conocemos, el dibujo cómo oráculo y el cuerpo como médium. Habitualmente trabaja combinando materiales tecnológicos con técnicas más tradicionales o académicas lo que le lleva a explorar técnicas particulares de ejecución como parte fundamental de su proyecto. Su trabajo incluye referencias que provienen del grabado, el revelado fotográfico, la ilustración, los libros iluminados, el diseño escenográfico y conceptos puntuales en relación a las vanguardias históricas como el futurismo ruso o el surrealismo.

Dudú Quintanilha 

“¿Qué era lo importante?”, 2014 , Fotografía 35 mm, toma directa,  100 x 70 cm, Edición: 1/3 + 2 copias de artista

“Sobre una mesa del taller de Di Tella, Dudu Alcón Quintanlha erige el podio en el que va a exhibirse en acción. Construye una estructura de sillas en posiciones cruzadas. Se toma el tiempo de pensar; balbucea y rearma sus movimientos. Al ubicar la séptima, intercala una tabla de madera que provee el equilibrio justo entre lo estable y lo inestable en donde terminará de montar la plataforma de su manifestación.

Allí en la cima, se acomoda. Lleva una remera negra y una gorra blanca. Todo comienza en un acto casi distraído al pintar en marcador rojo cada círculo de papel de una plancha autoadhesiva. Al finalizar la tarea, se dispone en un acto solemne a la concentración. Cierra los ojos. Al abrirlos toma una tiza de su bolsillo e inscribe cuidadosamente cada letra de un primer enunciado sobre la remera que tiene puesta: “Igualdad de oportunidades”. Dudu se pone gafas de sol y se prepara para su postura; extiende su brazo derecho y levanta el izquierdo flexionado. Se mantiene firme y busca permanecer inmóvil por unos minutos. Su respiración profunda se siente en la leve oscilación de su cuerpo.

 […] Con témpera blanca realiza una segunda inscripción directamente sobre su piel: “Increíblemente importante”. Se encapucha el rostro con la remera y entra en posición nuevamente, esta vez con los brazos tensos a los lados y los puños cerrados.

[…] Cada mensaje le provee la energía que estructura sus posturas físicas, que en la permanencia devienen políticas.  Son preguntas que buscan deshacer los bordes del territorio de su trabajo y dan sentido al modo de su presencia. Se acepta como es. Tensiona su intimidad en el exhibicionismo.

[…] Hacia el final, posa los brazos en sus anteojos, luego en su cabeza. Baja la guardia y se detiene nuevamente; como en un descanso inevitable para seguir su entrenamiento. Saca su cámara, fotografía a quienes tiene delante y así evidencia que marca territorio en lo ajeno. 

En un acto de inmolación en honor a sí mismo, se fotografía para colonizarse y darle fin a su acción.”
Fuente: Guadalupe Chirotarrab – Crónica de Mashup de Dudu Alcón Quintanlha”

Si a Todo

Colaboración entre Carlos Huffmann y un economista que prefiere permanecer en el anonimato por miedo a represalias de su profesión

Esta pintura surge a partir de una serie de conversaciones sobre el poder de las consignas populistas y sus implicancias económicas. La expresión “Si a todo” es simultáneamente una formulación del desborde extasiado a la vez que hace referencia a las “firmas digitales” con las cuales accedemos a los “términos y condiciones” necesarios para el uso del software y las plataformas digitales que ya son parte de la sociabilidad y el trabajo cotidianos. Decimos que “Si a todo” con un mero click y casi siempre sin saber el contenido de estos contratos fantasmagóricos y ambiguos. Esta pintura gestual y rudimentaria funciona también como una pregunta respecto de la negatividad inherente a las tradiciones críticas del arte conceptual y parece estar realizando un propuesta éticamente ambigua respecto de las posibilidades de un arte de positividad absoluta.